miércoles, 3 de junio de 2009

Como nos veían hace 2.000 años


El nombre de Iberia tiene en la actualidad un concepto meramente geográfico, es la península donde se encuentran gran parte de las naciones españolas, portuguesas, andorrana y la colonia británica de Gibraltar.

El nombre de Iberia fue dado por los antiguos griegos al territorio ocupado por los íberos, comerciaron con ellos y establecieron colonias en sus terrenos. El nombre parece que procede de la lengua íbera, del término iber que venía a significar río, y del que procede el actual nombre del río Ebro. En la época de dominio romano, el nombre de Iberia coexitio con el de Hispania, y era utilizado como sinómimo por muchos autores.

Por lo tanto Iberia tiene un concepto geográfico y un concepto etnográfico. La escasez de restos y datos, así como la mezcla genética hace muy díficil pronunciarse sobre el origen de nuestros antecesores. Los primeros testimonios escritos sobre Iberia procede de los griegos del siglo VI a.C. (Avieno), pero ya se sabe que los fenicios comerciaron con ellos y establecieron colonias en Iberia, como Gades (actual Cádiz) en el siglo IX a.C, de cuya lengua proviene el actual nombre de España (i-spn-ya).

El origen de los íberos es incierto y hay versiones que los indentifican como los primitivos pobladores de Iberia, así como otros autores indican como de procedencia exógena en época muy remota y que se estrablecieron predominantemente en la costa levantina, donde su cultura es más abundante, también se extendio por el resto de la península. Con la llegada de los celtas a partir del siglo XIII a.C. se produce un proceso de mezcla de culturas y podría ser de razas.

Toros de Guisando, ejemplo de arte prerromano Vetón (El Tiemblo, Ávila)

Así cuando llegan los romanos a Iberia encontramos un entramado de culturas y de pueblos, éstos están dividios y gobernados cada uno por caudillos y reyezuelos. La zona del litoral del levante y del sur está ocupada por los íberos s.s., con una cultura más desarrollada debido a los contactos históricos con fenicios, griegos y en ese momento con los cartigeneses. La zona mesetaria está ocupada por pueblos denominados celtíberos por la mezcla cultural, mientras que los celtas son más representativos en el norte y oeste de la península ibérica.

Todos estos pueblos que habitan la península (astures, cántabros, vardulos, autrigones, vascones, ilergetas, túrdulos, lusitanos, vettones, carpetanos, vacceos, arevacos, galaigos,...) serán los protagonistas de la resistencia a la conquista de Iberia por parte de los romanos. Para conocer el caracter de estos pueblos y la magnitud de los acontecimientos que en aquella époco me he permitido recoger el testimonio de los propios invasores, vencedores y imponedores de su cultura de la que somos hoy herederos (son los únicos testimonios que tenemos)

Tito Livio (59 a.C.-17 d.C.): "Hispania primera provincia atacada y última sometida"

La conquista de Iberia duro 200 años, se inició en el 218 a.C. con el desembarco de Ampurias y finalizó en el 19 a.C. con la conquista de la Cantabria. Para hacerse una idea de comparación, Julio César tardó 8 años (58-50 a.C.) en conquistar y someter a las Galias.

Qué puede explicar este largo período en la conquista de Iberia, está resistencia de unos pueblos bárbaros muy inferiores en técnología y estrategia militar a los romanos, una Roma a la que se sometían todas las civilizaciones mediterráneas. Los propios romanos hablan así de los sitiados numantinos al final del cerco:

Apiano (primera mitad del siglo II d.C.): "Tan grande fue el amor a la libertad y el valor existentes en esta pequeña ciudad bárbara. Pues, a pesar de no haber en ella en tiempos de paz más de ocho mil hombres, ¡cuántas y qué terribles derrotas infligieron a los romanos! ¡Qué tratados concluyeron con ellos en igualdad de condiciones, tratados que hasta entonces a ningún otro pueblo habían concedido los romanos! ¡Cuán grande no era el último general que les cercó con sesenta mil hombres y al que invitaron al combate en numerosas ocasiones! Pero éste se mostró mucho más experto que ellos en el arte de la guerra, rehusando llegar a las manos con fieras y rindiéndoles por hambre, mal contra el que no se puede luchar y con el que únicamente, en verdad, era posible capturar a los numantinos, y con el único que fueron capturados. A mí, precisamente, se me ocurrió narrar estos sucesos relativos a los numantinos, al reflexionar sobre su corto número y su capacidad de resistencia, sobre sus muchos hechos de armas y el largo tiempo que se opusieron. En primer lugar se dieron muerte aquellos que lo deseaban, cada uno de una forma. Los restantes acudieron al tercer día al lugar convenido, espectáculo terrible y prodigioso, sus cuerpos estaban sucios, llenos de porquería, con las uñas crecidas, cubiertos de vello y despedían un olor fétido; las ropas que colgaban de ellos estaban igualmente mugrientas y no menos malolientes. Por estas razones aparecieron ante sus enemigos dignos de compasión, pero temibles en su mirada, pues aún mostraban en sus rostros la cólera, el dolor, la fatiga y la conciencia de haberse devorado los unos a los otros."

Numancia no es el único ejemplo de heroicidad en la guerra contra Roma, hay multitud de ejemplos, tan sólo hago mención de lo que opinaban varios autores romanos sobre los cántabros, último pueblo hispano en ser sometido:

Estrabón (64 a.C.-19 d.C.): "Además de estas extrañas costumbres se han visto y contado muchas otras acerca de todos los pueblos de Iberia en general, y en particular sobre los del norte, no sólo las que tienen que ver con su valor, sino también las relacionadas con su crueldad y su insensatez bestial. En efecto, unas madres dieron muerte a sus hijos antes de que fueran capturadas en la guerra con los cátabros; y un niño (de cuatro años), cuando sus padres y hermanos se hallaban encadenados, los mató a todos tras apoderarse de un arma, ya que su padre se lo había ordenado; y una mujer dio muerte a los que habían sido capturados con ella. Uno que había sido convocado por unos soldados borrachos se arrojó a una hoguera. Estas costumbres son también comunes a los pueblos célticos, tracios y escitas, y también lo que atañe a la valentía tanto de sus hombres como de sus mujeres. Éstas trabajan la tierra y cuando han dado a luz se ponen al servicio de sus maridos y les acuestan en su lugar; incluso en muchas ocasiones dan a luz en plena faena y lavan al niño y lo envuelven en pañales, reclinándose junto a un arroyo." "De la insensatez de los cántabros se cuenta también esto, que cuando fueron capturados algunos de ellos entonaban himnos de victoria clavados sobre cruces. Así pues, tales casos podrían ser ejemplos del salvajismo de sus costumbes. Pero algunas costumbres, aunque quizá menos civilizadas, no son sin embargo salvajes, como el que entre los cántabros los esposos aporten la dote a las mujeres, y el que las hijas queden como herederas, y que los hermanos sean entregados por éstas a sus esposas (pues poseen una cierta ginecocracia, y esto no es del todo civilizado)."

Floro (siglo I-II d.C.): "Por último tuvo lugar el asedio del Monte Medullio sobre el cual, después de haberlo cercado con un foso continuo de quince millas, avanzaron a un tiempo los romanos por todas partes. Cuando los bárbaros se ven reducidos a extrema necesidad, a porfía, en medio de un festín, se dieron la muerte con el fuego, la espada y el veneno que allí acostumbran a extraer de los tejos. Así la mayor parte se libró de la cautividad, que parecía más dura que la muerte a quienes hasta entonces no habían sido sojuzgados."

La conclusión definitiva de la conquista de Iberia fue un empeño personal del todo poderoso César Agusto, primer emperador de Roma, para ello él mismo decidio dirigir la expecidión de conquista, aunque tuvo que retirarse ante su debilidad física y la dureza de la campaña militar. Tuvo que ser Marco Agripa, el mejor general, cónsul de Roma y yerno de Agusto el que terminase por someter al último pueblo libre de Iberia.

Orosio (383-420 d.C.): "Augusto concedió a la guerra cántabra el honor de que se cerrasen también entonces las puertas del templo de la guerra. Así que se cerró el templo de Jano la segunda vez por Augusto, la cuarta desde la fundación de la ciudad (Roma)."

¿Por qué a pesar del valor y sacrificio demostrados por nuestros antecesores los romanos consiguieron hacerse con el control del territorio?. Alguna pista nos la pueden dar las cartas enviadas por algunos de los gobernadores romanos en Hispania.

Servio Sulpicio Galba (190-135 a.C. Pretor de Hispania Ulterior 151-149 a.C.): “Las tribus del norte y del centro de Hispania viven en estado de efervescencia latente. La guerra abierta entre ellas es una situación normal, y los periódicos de paz son una excepción. Los pequeños reyes y príncipes, incluso simples jefecillos de tribu hacen de la guerra su oficio más por gusto que por verdadera necesidad.

Cayo Vetilio (pretor de Hispania Ulterior 149-147 a.C.): “En Hispania las relaciones entre sus pueblos no son buenas ni cuando se trata de tribus emparentadas. Son muy frecuentes las guerras tribales entre ellos por cuestiones de pastos, de mujeres o de ofensas hereditarias. En Hispania el enemigo nunca está demasiado lejos, pues es increíble la velocidad con la que los guerreros hispanos de desplazan para combatirnos y, después, despedazarse entre ellos”.

Estas citas me hacen reflexionar sobre la situación actual que vivimos en España, cuyas gentes y territorios se encuentran enfrentados a causa de los nacionalismos separatistas. Las luchas estúpidas entre españoles fueron en la antigüedad causa de su ruina y lo serán en la actualidad. El potencial de los españoles (incluyo a los portugueses, a los que considero hermanos) que heredamos de nuestros ancestros fue y es extraordinario, y cuando hemos conseguido esa unidad es cuando se ha manifestado la grandeza de España, empezando con la unión de los pueblos y pequeños reinos cristianos en el comienzo de la reconquista (cuando las últimas huestes cristianas se refugian en las montañas del norte ante el colapso del reino visigodo tras la incursión del Islam), al contrario de la España musulmana que se dividía y se enfrentaba en diferentes taifas, y que culminaría con el reinado de los Reyes Católicos y la creación de España, como estado moderno, y la consecutiva proyección universal de España por los cinco continentes en los que se conoce como la gesta española y que dio lugar a la Hispanidad.

No me resisto a terminar con una versión de la cita de Estrabón , geógrafo romano de origen griego, escrita hace ya 2000 años.

"Si los íberos hubieran reunido sus fuerzas para defender la libertad, ni los cartagineses, ni antes que ellos los fenicios, ni los celtas llamados celtíberos, hubieran podido subyugar, como lo hicieron, la mayor parte de España".

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